CREARÁ 221.000 EMPLEOS

El objetivo será movilizar la mayoría de inversiones a través del sector privado, pero no detalla los incentivos. El proyecto formará parte del Plan de inversiones que presentará para tener ayudas del Fondo europeo.
I.Benedito. Madrid El Gobierno confía en la construcción para sacar a flote a la economía. El Ministerio de Movilidad, Transporte y Agenda Urbana quiere poner a funcionar a pleno pulmón al inmobiliario, uno de los sectores más intensivos en empleo a través de un macroplan de rehabilitación de viviendas con el que espera crear 221.000 empleos con la participación del sector privado. Para lograr que se involucre, sin embargo, tendrá que lanzar incentivos suficientemente atractivos, auguran los expertos. El secretario de Estado de Transportes y Movilidad, Pedro Saura, anunció ayer que el Gobierno destinará 2.000 millones de euros durante los próximos dos años a un Plan de rehabilitación de viviendas. Este proyecto formará parte del Plan de Inversiones y Reformas 2020-2022 que el Ejecutivo enviará a Bruselas para captar ayudas del Fondo europeo de Reconstrucción que ahora se negocia, y del que España podría arañar hasta 140.000 millones. La intención del Gobierno es movilizar la mayoría de inversiones a través del sector privado, aunque Saura no dio más detalles al respecto. Desde el Ministerio explican que el plan de rehabilitación ya existía (en febrero se anunció una partida de unos 300 millones), la novedad es que se multiplicarán por cuatro los recursos destinados anualmente a vivienda para rehabilitación, es decir, unos 1.000 millones al año. “Esto facilitará que muchas viviendas vacías que ahora están inutilizadas salgan al mercado en buenas condiciones para ser alquiladas”, explican desde Fotocasa. De esta forma, además de asegurar la creación de miles de puestos de trabajo, el Ejecutivo aspira de paso a sacar rápido oferta al mercado y a reducir la huella de carbono de los edificios. Tres pájaros de un tiro. El plan contemplará tanto obras de rehabilitación por parte de particulares como grandes proyectos de regeneración y renovación urbana “a gran escala e integral de barrios”, dijo Saura ayer en un encuentro organizado por Executive Forum. “Debería enfocarse desde un aspecto más global incluyendo la renovación de manzanas y entorno (urbanización)”, coinciden desde Wires. El programa aspira a multiplicar el número de pisos que se reforman al año en España, de forma que ascienda a unos 120.000 anuales, frente a los 30.000 actuales.
Problemas Aluminosis, grietas y humedades, ventanas mal aisladas que disparan el gasto de calefacción, lagunas en la certificación energética… Son algunos de los problemas más comunes de las viviendas españolas y que, ante la maraña burocrática y la falta de incentivos para lanzarse a rehabilitar, terminan engordando la bolsa de pisos vacíos a los que vendría bien dar salida en ciudades con tensiones de precio. El objetivo es mejorar la situación del parque de viviendas, con 50 años de edad media, al tiempo que se mejora su eficiencia energética, actualmente responsable de en torno al 10% de las emisiones de CO2 a nivel nacional. El problema del plan es cómo llevarlo a cabo. “El volumen es irrelevante, lo que importa es la letra pequeña”, avisa José García Montalvo, experto en el sector y catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Pompeu Fabra. Está claro que para este tipo de iniciativas no hay fondos públicos suficientes, por lo que contar con el sector privado es una idea clave. La cuestión es cómo va a participar la empresa en él y qué rentabilidad va a tener. Basta con mirar al fracaso del plan de rehabilitación con iniciativa privada anunciado por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. “La rentabilidad que se ofrecía no salía a cuenta y nadie quiso entrar”, recuerda Montalvo. De las 293 comunidades de propietarios que solicitaron la ayuda para la rehabilitación no hay ninguna obra iniciada. El jefe de Estudios de Idealista, Fernando Encinar, conviene en que “es importante evitar la deriva populista que el Ayun de Barcelona.
El Gobierno destinará 2.000 millones al plan de rehabilitación de viviendas
Problemas Aluminosis, grietas y humedades, ventanas mal aisladas que disparan el gasto de calefacción, lagunas en la certificación energética… Son algunos de los problemas más comunes de las viviendas españolas y que, ante la maraña burocrática y la falta de incentivos para lanzarse a rehabilitar, terminan engordando la bolsa de pisos vacíos a los que vendría bien dar salida en ciudades con tensiones de precio. El objetivo es mejorar la situación del parque de viviendas, con 50 años de edad media, al tiempo que se mejora su eficiencia energética, actualmente responsable de en torno al 10% de las emisiones de CO2 a nivel nacional. El problema del plan es cómo llevarlo a cabo. “El volumen es irrelevante, lo que importa es la letra pequeña”, avisa José García Montalvo, experto en el sector y catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Pompeu Fabra. Está claro que para este tipo de iniciativas no hay fondos públicos suficientes, por lo que contar con el sector privado es una idea clave. La cuestión es cómo va a participar la empresa en él y qué rentabilidad va a tener. Basta con mirar al fracaso del plan de rehabilitación con iniciativa privada anunciado por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. “La rentabilidad que se ofrecía no salía a cuenta y nadie quiso entrar”, recuerda Montalvo. De las 293 comunidades de propietarios que solicitaron la ayuda para la rehabilitación no hay ninguna obra iniciada. El jefe de Estudios de Idealista, Fernando Encinar, conviene en que “es importante evitar la deriva populista que el Ayunntamiento de Barcelona.